Cómo reducir el estrés a través del mindfulness

El mindfulness es visto por algunos como un programa de reducción de estrés. Por otros no es más que unas sesiones de meditación. Tradicionalmente han existido diferentes tipos de meditación: desde aquellas orientadas a mejorar la salud, hasta aquellas de índole religioso. Los principios básicos de todas ellas son similares. En cambio, el "mindfulness" supone un gran cambio a esta meditación tradicional, y es que su objetivo no es otro que mejorar la calidad de vida de las personas, en unos términos muy específicos y que en ningún caso están vinculados a ninguna religión o filosofía. Por lo tanto, estara siempre al margen de cualquier creencia religiosa o filosofía concreta. Mindfulness es ni más ni menos que una práctica que sostenida en el tiempo puede llegar a convertirse en una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas de un modo más que notable.

Para practicar el mindfulness de una manera eficaz, lo primero que debemos hacer es creer que va a servir para mejorar nuestra calidad de vida en varios aspectos, pero en ningún momento implica que tengamos que creer en espíritus, dioses o en la vida después de la muerte. Por este motivo, muchas veces se hace referencia al mindfulness como un modo de meditación basado en los principios de la ciencia. Una versión aconfesional de la meditación, compatible con los descubrimientos de la ciencia.

El objetivo del mindfulness no es otro que lograr un profundo estado de conciencia durante la sesión. Algo que se consigue aplicando distintas técnicas. Tratamos de conseguir que nuestra conciencia se relaje, evitando elaborar cualquier tipo de juicio sobre nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos. Saber en todo momento que es lo que ocurre en nuestro interior.

El mindfulness trata igualmente de separar la persona de sus pensamientos, otorgando una gran importancia al aquí y ahora, prestando una atención total al momento presente.

Es recomendable practicar el mindfulness durante al menos treinta minutos diarios, aunque al principio puede ser mejor realizar sesiones más cortas de aproximadamente quince minutos para ir adaptando la mente a las nuevas sensaciones mentales. El secreto está en ir poco a poco, porque en caso contrario podemos llegar a sentir frustración e incluso llegar a abandonar nuestra rutina. Aprender a hacer mindfulness lleva su tiempo hasta que seamos capaces de meditar casi en cualquier situación.

El sitio en el que realizaremos nuestras sesiones es fundamental para conseguir resultados positivos. Por ello siempre se recomienda localizar un sitio libre de ruidos, con una temperatura agradable (20-25º), de manera que nos sintamos cómodos. Por supuesto debes asegurarte de que nada te molestará durante la sesión, por lo que debes apagar el teléfono. Si optamos por poner música de fondo, siempre deberá ser música relajante que no acapare nuestra atención en ningún momento. Algunas personas prefieren realizar la meditación en espacios abiertos y naturales. No es una mala opción, pero si que es importante que sean espacios con el menor ruido posible y sin distracciones. Por último, otro factor a tener en cuenta es la vestimenta. Utiliza siempre ropa cómoda y quítate los zapatos o cualquier otro complemento que pueda oprimir tu cuerpo.

Son numerosos los ejercicios que podemos hacer; desde los más básicos (ideales para principiantes) hasta los más avanzados (solo para aquellos que ya controlen la técnica. Recuerda siempre que es fundamental concentrarse en la respiración.

Si te estás iniciando en el mindfulness, podrás comprobar por ti mismo los muchos beneficios que tiene esta práctica como programa de reducción de estrés. Puedes aprender más en nuestro centro Tres Azules. Y si aún no te has iniciado, hazlo cuanto antes. No te arrepentirás.