Lucha contra el cambio climático reduciendo tu consumo de carne

Hasta hace relativamente poco tiempo, la carne se trataba de un alimento complementario para la mayoría de las culturas, siendo consumida eventualmente o en ocasiones especiales. Solo a partir de tiempos muy recientes, la carne está presente en gran abundancia en prácticamente todo el mundo. Si a esto sumamos que la población mundial se ha cuatriplicado en los últimos cien años (y continúa aumentando), tenemos que el consumo de carne se ha disparado en un periodo de tiempo muy corto. Llegados a este punto, es conveniente hacerse preguntas como ¿puede nuestro planeta asumir la producción de carne actual? ¿es necesario mantener este nivel de consumo? ¿hay alternativas? Veamos algunos argumentos.

Argumentos a favor de comer carne

-   Valor nutricional: la carne se trata de un alimento rico en proteínas y varios micronutrientes. Aquí es necesario hacer una aclaración: los nutrientes que aporta la carne no son exclusivos de esta, ya que están presentes en muchos otros alimentos que son, en general, más saludables. Además, en el llamado mundo desarrollado no existe un déficit de proteínas en la dieta, sino más bien un exceso, lo cual supone un impacto negativo para la salud.

-   Valor económico: la ganadería es un sector muy importante en términos socioeconómicos, principalmente en países en vías de desarrollo y en comunidades rurales.

-   Uso de la tierra: los animales de pastoreo pueden vivir en tierras que no son aptas para la agricultura, dándoles así un uso productivo.

Argumentos en contra de comer carne

-   Salud: dietas altas en carnes rojas y procesadas están asociadas a diabetes, enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer.

-   Derechos humanos: comunidades indígenas y tradicionales, principalmente en el Amazonas, están siendo expulsadas de sus tierras (si no detenidas o asesinadas) para ser ocupadas, entre otras, por la industria ganadera.

-   Bienestar animal: la necesidad capitalista de reducir los costes de producción al mínimo lleva a la ganadería intensiva, la cual emplea prácticas que afectan muy negativamente a la salud y el bienestar de los animales.

-   Sostenibilidad: la industria ganadera necesita una cantidad de tierra desproporcionadamente grande, ocupando el 77 % de todas las tierras de cultivo del planeta para producir solo el 17 % del consumo calórico global.

 Impacto ambiental: actualmente la industria ganadera es considerada una de las principales causas de destrucción del medio ambiente. Esto merece una especial atención, ya que la comunidad científica está alertando de que nos estamos acercando peligrosamente a un punto de no retorno, es decir, a un punto en el que la degradación del medio ambiente sea tan grave que ya no sea posible su recuperación total, ni siquiera si cesáramos de inmediato todas las actividades contaminantes.

 

Los impactos de comer carne en el medio ambiente

-   Deforestación: la producción de carne está, directa e indirectamente, relacionada con la pérdida de masa forestal, sobre todo en América del Sur, donde vastas zonas de la selva amazónica han sido y están siendo ahora mismo destruidas para la cría de ganado y la producción de soja para su alimentación.

-   Pérdida de biodiversidad: relacionado con lo dicho anteriormente, los hábitats de muchos animales y plantas están desapareciendo, lo que provoca que muchas especies se encuentren en grave peligro de extinción.

-   Consumo de agua: la producción de carne requiere una cantidad excesiva de agua, siendo necesario cuatro veces más agua para producir carne de vacuno que para su equivalente proteico en, por ejemplo, lentejas.

-   Degradación de los suelos: el pastoreo intensivo provoca que los suelos se queden desprovistos de vegetación y este se pierda a causa del viento o la lluvia, convirtiendo las tierras fértiles en áridas.

-   Cambio climático: según la FAO, el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta, responsables del cambio climático, se deben a la ganadería. Los procesos de deforestación ya mencionados liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera, pero, además, el estiércol y el sistema digestivo de los rumiantes producen metano y los fertilizantes usados en la producción de soja para piensos emiten óxidos de nitrógeno, gases con un gran efecto invernadero que agravan enormemente el calentamiento global que actualmente sufre nuestro planeta.

Entonces, ¿debería comer menos carne?

Por supuesto, la respuesta a esta pregunta es una elección personal de cada uno de nosotros. Sin embargo, analizando los pros y los contras de comer carne, con especial atención a sus efectos sobre el medio ambiente, parece sensato pensar que reducir su consumo o incluso eliminar la carne de nuestra dieta será beneficioso tanto para nosotros mismos como para nuestro planeta, existiendo un pleno consenso científico a este respecto.

Atendiendo a las consideraciones socioeconómicas que deberán hacerse si conseguimos reducir el consumo de carne de manera global, también se abre una oportunidad de cambio. Si a la vez que reducimos el consumo de productos de origen animal, la producción se lleva a cabo por medios cada vez más sostenibles, se producirá una transición hacia un modelo que mejore la vida de las comunidades rurales mientras frena la destrucción ecológica, la crisis climática y el sufrimiento animal.

En Tres Azules estamos comprometidos con la protección del medio ambiente. Por eso, ofrecemos dietas ovolactovegetarianas en las que los productos que utilizamos son ecológicos, locales y de temporada. Siguiendo nuestras recomendaciones podrás reducir e incluso eliminar el consumo de carne de tu dieta y así, además de mejorar tu salud, defender el medio ambiente y luchar contra el cambio climático.

Autor: Daniel Vázquez Nion