¿Reducir el consumo de carne en tu dieta mejora tu salud?

Una dieta inadecuada derrocha nuestra Energía Vital, agotándonos y haciéndonos más propensos a distintas enfermedades. Cada vez más personas escogen una dieta basada en vegetales, con un consumo mínimo de carne. Los motivos son diversos, algunos por razones de salud y otros por cuestiones éticas o ambientales, o por una combinación de todas ellas. Pero, aunque existe un amplio consenso científico sobre los beneficios de minimizar el consumo de carnes rojas y procesadas, lo cierto es que a medida que más personas se pasan a este tipo de dietas, surgen tantas otras dudas: ¿es realmente tan saludable? ¿tomaré suficientes proteínas si reduzco el consumo de carne?

Diferentes tipos de dietas

Tanto si la idea es reducir como si quieres eliminar los productos cárnicos, existen diferentes tipos de dietas que pueden ayudarte a alcanzar tus objetivos:

Vegana: de popularidad creciente, no se consume ningún producto de origen animal (carne, lácteos, huevos, pescado, miel). Generalmente es una elección ética que se aplica en todos los hábitos de consumo (cuero, lana, piel).

Vegetariana: no se consume carne ni pescado, pero sí se incluyen lácteos, huevos y otros productos de origen animal.

Flexitariana: es una dieta predominantemente vegetariana pero que incluye el consumo ocasional de carne y/o pescado

Basada en vegetales: la mayoría de las comidas, también las que incluyen carnes, tienen un mayor contenido en vegetales y granos integrales.

Proteína “verde”

En el llamado mundo desarrollado no hay déficit de proteínas en la dieta, más bien existe un exceso, con un impacto muy negativo en la salud. A la vez, tendemos a tener un déficit de otros nutrientes que se encuentran fundamentalmente en verduras y frutas.

Las dietas vegetarianas incluyen diversidad de proteínas que tienden a ser más económicas y con mayores beneficios para la salud. Además, son ricas en fibra, vitaminas y otros nutrientes. Las Directrices Dietéticas de la mayoría de países, incluidas la española y la estadounidense, recomiendan elegir una variedad de proteínas, incluyendo huevos, lácteos bajos en grasa, legumbres y frutos secos y semillas, y reducir o eliminar el consumo de carnes rojas y procesadas.

Eliminar los productos cárnicos no significa eliminar las proteínas. Muchos alimentos contienen proteínas de calidad: soja y sus derivados, quinoa, legumbres, hongos, frutos secos, etc. Además, muchos vegetales también son fuente de proteínas: alcachofas, espárragos, brócoli, coliflor y la mayoría de crucíferas, maíz, patatas y boniatos, pimientos, espinacas o nabos.

Beneficios para la salud

En general, las personas con una dieta basada en vegetales consumen menos calorías y menos grasa. También tienen menor peso y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Actualmente, los estudios científicos respaldan los beneficios de seguir una dieta eminentemente vegetariana:

1.       Salud cardiovascular: los problemas cardiovasculares están muy relacionados con el consumo de carnes rojas, grasas saturadas y sodio. Minimizándolo se reduce el riesgo de:

·         Enfermedad cardíaca

·         Infarto

·         ACV

·         Hipertensión

·         Hipercolesterolemia

2.       Mantenimiento de un peso saludable: se reduce el riesgo de obesidad. También se reduce el riesgo de diabetes tipo 2.

3.       Diversos tipos de cáncer: la carne roja ha sido relacionada directamente con el aumento de riesgo de cáncer de colon. Por otra parte, una dieta con un gran consumo de frutas y verduras y bajo en carnes y procesados está relacionada con un menor riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer.

4.       Mejora la microbiota entérica: sabemos que los microorganismos que viven en nuestro tracto digestivo son decisivos para tener una buena salud. Qué microorganismos albergamos está relacionado directamente con nuestra dieta. Se ha demostrado que una dieta vegana o vegetariana aumenta los niveles de bacterias beneficiosas.

Haciendo el cambio

No solo es importante lo que comemos, sino también lo que no comemos. Cuando las carnes y los procesados tienen un lugar importante en nuestra dieta, generalmente consumimos menos frutas y verduras, que nos aportan fibra, vitaminas y minerales; y menos frutos secos y semillas, que son fuente de proteínas y aceites insaturados de buena calidad, lo cual también perjudica nuestra salud.

Cambiar nuestra dieta para incluir una mayor cantidad de frutas y verduras es más fácil que nunca. Podemos empezar buscando recetas vegetarianas que sean fáciles de preparar y nos resulten apetitosas, con métodos de cocción que conserven el sabor de los alimentos, como al vapor o al horno. Experimentar con platos sin carne una vez al día, añadiendo más a medida que nos vayamos acostumbrando. Tanto tu paladar como tu bienestar cuerpo-mente te lo agradecerán.

 

Autora: Micaela D. Cao