HIGIENE VITAL

Los escritos reunidos en el “Cuerpo Hipocrático” conforman la base filosófica del Higienismo, en especial los “Aforismos”.

“Natura Medicatrix”, la naturaleza es la medicina, es quizá el más famoso, aunque cada uno de ellos encierra una profunda y valiosa sabiduría.

“Primum non nocere”, primero no dañar; “Son las fuerzas naturales que hay en nosotros las que curan verdaderamente la enfermedad”. Podemos decir que esta es la síntesis de la forma de hacer del Higienismo.

Shelton (1895 – 1985) marca la época más moderna de la Higiene Vital, da un marco de comprobación a las teorías naturistas que circulaban hasta entonces, con una postura crítica hacia la medicina oficial y funda la Asociación Americana de Higiene Natural.

Otros autores importantes son André Torqué, Desiré Merien, Albert Mosseri, Passebeq, Eneko Landaburu y Karmelo Bizkarra, con amplia bibliografía disponible.

¿QUÉ PROPONE LA HIGIENE VITAL?

La autogestión de la salud y la idea de que la enfermedad no es algo que nos ataca desde afuera, independiente de lo que hagamos con nuestra vida, son los puntos fundamentales para acercarse a la teoría de la H.V.

Para comprender esto es importante conocer el significado de Energía Vital, Salud, Toxemia, Desintoxicación, Enfermedad y Curación.

Energía Vital: es la que hace posible mantener la vida, nacer, crecer, desarrollarse, reproducirse, y que obtenemos del aire, alimentos, agua, sol, de la tierra y del contacto con los otros seres vivos. En una persona de buena salud, la EV se mantiene en un equilibrio dinámico circulando en tres niveles de funciones básicas y de manera muy esquemática podemos considerarlas así:

Función de nutrición: incluye desde la elección del alimento pasando por su preparación, ingestión, digestión, asimilación y utilización, necesitando para realizar estos trabajos del buen funcionamiento del aparato digestivo, respiratorio y circulatorio.

Función de relación: es la que nos pone en contacto con el mundo exterior e interior a través de los sentidos, del pensar y sentir, en parte está gobernada por nuestra voluntad. En esta función solemos gastar enormes cantidades de energía ya que los órganos de los sentidos están permanentemente captando estímulos del medio que aunque no todos lleguen de manera consciente, el sistema nervioso debe clasificar y decidir si los archiva o descarta.

Función de eliminación: es la encargada de depurar el organismo de las toxinas que se producen por el normal funcionamiento celular, más las provenientes de la contaminación externa. Los órganos principales para cumplir esta función son: hígado, intestino, riñones, pulmones y la piel.

Si una persona exige de éstas funciones lo que cada una puede dar, respetando los ciclos de incorporación y gasto de energía, de reposo y actividad, la E.V se distribuirá de forma equilibrada y podemos decir que estamos en estado de salud.

Pero si se tienen preocupaciones, angustia, miedos, frustraciones, dolor emocional, la energía se estará derivando más hacia las funciones de relación, quedando las otras funciones con un menor aporte energético y por lo tanto trabajarán más lentamente o en menor intensidad.

Lo mismo sucederá si sobrecargamos la función de nutrición, con una comida muy abundante en cantidad o con muchas mezclas, es decir mal combinada.

En todos los casos en que se demande un mayor gasto energético en una función determinada, las otras quedarán en desventaja, creándose un desequilibrio que puede a veces evidenciarse como un síntoma de malestar o de somnolencia (por ejemplo después de una comida copiosa), malas o lentas digestiones, etc.

En la vida cotidiana los pequeños malestares son algo tan frecuente que casi no se tienen en cuenta o se incorpora a los hábitos diarios la toma de medicamentos de venta libre, aparentemente inofensivos pero que presentan muchos y graves efectos secundarios, de los cuales el peor es la imposibilidad de contactar con esa falta de energía que de a poco va generando una enfermedad de la que se tendrá conciencia sólo cuando sus síntomas sean muy evidentes.

¿Qué hacer entonces?

Cuando la Energía Vital se va agotando y derivando a otras funciones, el organismo disminuye sus eliminaciones, aumentando los niveles de tóxicos endógenos y exógenos que lentamente afectan a las funciones celulares y luego a sus estructuras. Si el nivel de toxemia comienza a ser demasiado alto y todavía el organismo cuenta con energía suficiente, promoverá una Crisis de Desintoxicación, conocida dentro de la medicina oficial como Enfermedad Aguda, para depurar y recuperar sus funciones.

Podemos aquí optar por intervenir sobre la crisis, cortándola con medicamentos o respetar el ritmo que marca el organismo y dejarlo hacer su trabajo. Si el origen del problema es el agotamiento de la energía vital, está claro que respetar significa darle al organismo lo que necesita, es decir Reposo.

Reposo Digestivo: mientras se está en crisis y si hay fiebre lo mejor es no comer sólidos, beber zumos de fruta dulce o caldo o agua. Si no hay fiebre y dependiendo de los síntomas se podrá tomar fruta o ensaladas de verduras crudas, hasta que los síntomas hayan desaparecido. Una forma de ayudar a no llegar a generar crisis explosivas, es mantener una alimentación con alta proporción de frutas y verduras crudas, cereales integrales, frutos secos, algo de legumbre y lo mínimo posible de proteína animal.

Reposo Físico: con fiebre o dolor, quedarse en la cama. Obviamente se suspenderá la actividad laboral. Cuando la crisis vaya pasando o en nivel energético lo permita es saludable dar cortos paseos al aire libre y no perder de vista la importancia del reposo diario, las horas de sueño nocturno y la siesta.

Reposo Sensorial: otra vez el tema es respetar el nivel de agotamiento y no aumentarlo, por lo que se recomienda no mirar TV, ni leer periódicos, ni escuchar noticias, mantener esta pauta como mínimo mientras dura la crisis. Es saludable un poco de música relajante, luz suave y la habitación ventilada y confortable.

Reposo Psico-emocional: es frecuente que en las crisis te encuentres más frágil emocionalmente, por lo que es importante estar acompañado por personas que conocen lo que estás haciendo y que no tengan miedo, que no intenten imponerte sus ideas. Y claro está que no es el mejor momento para entrar en discusiones por ningún motivo.

Cuando tengas dudas siempre puedes consultar con alguna persona con experiencia en Higienismo.

Dra. Graciela Cao

Médica – Higienista