EL CUERPO QUE SOY

Cuando escucho decir: “Yo estoy bien…, pero mi cuerpo está mal y me duele… tal cosa y tal otra…”, me pregunto: ¿De quién hablas cuando hablas de tu cuerpo…?

¿Puede ser nuestro cuerpo ajeno a nosotros mismos…? ¿Podemos hablar de él en tercera persona?

Entiendo que ha sido mucho el tiempo en que se ha considerado lógica y normal la división entre nuestra “cabeza” y nuestro cuerpo, entre nuestro aspecto físico, mental y emocional. Pero ya hemos recorrido un largo camino, ya infinidad de autores hablan de ello, ya que muchos médicos lo refieren con naturalidad a sus pacientes y empiezan, en gran medida, a formar parte de nuestro pensamiento social. Va siendo hora de sentirnos integrados con todo lo que somos.

¿Qué me ocurre? En ocasiones tengo dolores que me limitan y fastidian, que no me dejan sentirme bien. Soy joven, pero me siento así… y me pregunto como estaré dentro de 15 o 20 años.

Nuestro cuerpo, como toda materia, está en continuo cambio. Somos tan sumamente plásticos, que nos transformamos continuamente. ¡Sí!, mientras que estemos “vivos” tenemos la posibilidad de cambiar.

Como profesionales de Antigimnasia, convivimos día a día con esta afirmación y la constatamos con nuestra propia experiencia. Observamos como progresivamente los cuerpos van adquiriendo una estructura más “ordenada”; que paralelamente para las personas todo se vuelve más fácil; que como consecuencia se da una mejor gestión de su energía y su movimiento, en el sentido más amplio. Como decía el matemático Norbert Wiener:”… somos un modelo que se construye a sí mismo y se renueva continuamente

“Me miro al espejo y no encuentro lo que me gustaría ver. Mi imagen no se corresponde con mi belleza interior, esa maravillosa persona que soy… el espejo refleja un rostro crispado, diferente a la imagen que tenía en mi adolescencia, cuando mi cuerpo estaba ya formado y mi estructura ósea y muscular definida… ¿Entonces, que me ha ocurrido?

¿Cómo es posible que mi cuerpo haya cambiado tanto? ¿Cómo es posible que me haya deformado tanto?

Buscamos la explicación en un problema físico, o bien en un tema de relación con nuestro entorno: situaciones laborales, familiares…, que nos han “desgastado”. O la cuestión es haberse sentido desdichado al haber vivido emociones de tristeza, depresión o frustración… ¿Puede todo esto ocasionar el dolor de espalda o de cuello, la tensión en los hombros, la pesadez en las piernas, la crispación en los pies…?

En nuestro trabajo de Antigimnasia, encontramos una respuesta coherente: a medida que el cuerpo va tomando una formas más “ordenada”, que los músculos se van soltando y nos vamos despidiendo de crispaciones, todo se va calmando “por fuera” y “por dentro”.

Expresamos lo que somos a través de nuestro cuerpo, de nuestros músculos, de nuestros tendones, de la fluidez con la que circula el agua y la sangre por nuestro interior.

Puedes hacer deporte, running…, pero no te olvides que la expresión de tu experiencia vital es el movimiento y que este se gestiona a través de tus articulaciones, dejando constancia de lo que piensas y de las decisiones que vas tomando en tu vida.

Te proponemos iniciar un viaje a través de tu cuerpo, de tu ser. Un viaje para conocerte, escucharte, permitirte desanudar y encontrar tu ritmo. Un viaje para recuperar tu forma, tu belleza natural, tu equilibrio, la sonrisa y la calma en tu cuerpo y tu rostro. Sentir acorde el cuerpo que eres y el cuerpo que tienes.

Pilar Campayo & Rosa León